sábado, 18 de junio de 2011

[Un día en nuestra vida...] [Capítulo 0]


Un día como cualquier otro, eso podría decir un cualquiera. 
Bueno, excepto si ése cualquiera era México...


10 de la "madrugada". En la entre... digo, la Ciudad de México. Un día por demás espléndido. Los pájaras trinaban con singularidad, los niños corrían presurosos hacia la escuela, mientras los adultos sufrían otra crisis de estrés debido al tráfico o empleo —que por lo usual, o era mal 
remunerado o demasiado exigente—.


En un cuarto por demás hecho una desgracia, el cuerpo perezoso de un mexicano se removía. Sus ojos, llenos de lagañas, parecía que los hubieran pegado con resistol 5000, impidiéndole ver más o menos decentemente. Revolviendo sus cabellos, un sonido gutural salió finalmente de sus labios.


¡Chingada madre! ¿Qué nadie puede jetearse a gusto ni en su propia pinche casa? —gritó con furia, aventando el despertador hacia la pared, en cuyo pedazo de piso yacían restos de antiguos relojes, que habían sufrido la misma suerte.

Con todo el esfuerzo del mundo, logró echar un bostezo —que mejor dicho, parecía un rugido de león— que bien podría acabar con toda vida semi-inteligente en diez kilómetros a la redonda.

Sorteando los obstáculos —digo, debe de nombrarse de alguna manera el chiquero y medio que había en su cuarto—, logró bajar a duras penas las escaleras, rodando los últimos veinte escalones, soltando un montón de madres a diestra y siniestra, fulminando con la mirada a todo ser vivo que se atreviese a reírse aunque fuese un poco.

Finalmente pudo arrastrarse hasta la mesa, donde reposaba un buen par de huevos rancheros, con su guarnición de frijol refrito recién salido de la olla, con mucha salsa recién hecha y mucho muy picosa, y en un tortillero se podía percibir el olor de aquéllas tortillas también recién hechas. Y como siempre, una buena taza de café con leche y pan de dulce completaban aquél cuadro tan delicioso…

12 de la tarde. Demasiado aburrido en su casa, decide salir un rato a disfrutar de las calles capitalinas. Aunque ni bien abre la puerta, un copioso cuadro de tos le fastidia.

¡Oh, que la…! —se queja, cubriendo su rostro con un pañuelo. — ¡Pinche contaminación hija de la fregada, ya bájenle al uso de las carcachas…! —siguió con sus reclamos a la nada, provocando las risas discretas de todo el que le escuchaba o veía.

Prosiguió su marcha, pero a los cinco segundos una ráfaga de disparos sale volando, causando que nuestro mexicano se tirara al suelo pecho tierra, cubriendo su cabeza con una coladera—que sólo sabrán los dioses y él de dónde sacaron—.

¡Mugre cártel de los “Zotes”, no dejan rolear en paz nunca…! —volvió a ponerse en pie, limpiando la ropa de su suciedad [¿?], tratando de disfrutar del ambiente citadino.

Una idea llegó a su mente; sacando unos cuántos pesos, decidió ir a visitar el Bosque de Chapultepec. Tomó el metro, y ya cuando estaba en las afueras, después de los apretujones, el olor insufrible a sudor y exceso de perfume y/o desodorante chafa, se dispuso a ir…
2 de la tarde. En las afueras del Bosque de Chapultepec.

¡Qué mierda…! —gritó una vez más, echando truenos, rayos y centellas por aquélla boca más que sucia. — ¡Putos, me volaron la cartera de nuevo…! Bueno, mejor me doy de santos que salí casto y puro de ahí [¿?]—suspiró largamente, no viendo remedio a la situación.

En su camino de regreso a casa, una banda de maleantes le sale al paso. Las armas le apuntaban con recelo, y aquéllas telas que les cubrían la cabeza no hacían más que intimidar a los presentes.

¡Órale, cáile con la lana...! —exclamó el caco, en actitud amenazante.

Mira, mocoso…— la mirada rojiza del mexicano se volvió negra, y un aura más que rusa [¿?] le rodeaba. — En todo el pinche santo día me ha ido de la verga, así que te agradecería que te fueras a chingar a tu puta madre, de todos modos no tengo ni una sola porquería qué ratearme— aclaró, provocando que los ladrones huyeran despavoridos, junto con toda la gente que les miraban.


8 de la tarde. De nuevo en su casa.


Cansado, con hambre, y demasiado encabronado, finalmente el pelinegro arribó a su casa. Se desplomó como costal de papas sobre su cama, sin importarle que el chiquero siguiera ahí.

Ya cuando estaba dispuesto a descansar un poco, el celular comienza a sonar con insistencia. Removiendo cielo, mar, tierra y cochambre interminables [¿?], da finalmente con el dichoso aparato, cuya localización a final de cuentas era en el pequeño buró al lado de su cama, debajo de una bolsa de papas a medio terminar, y restos de platos con algunas migajas de comida.

¿Bueno…? —exclamó, con una voz bastante apachurrada.

¡Privyet, México! —saludó del otro lado un ruso alegre. — Lamento haberte llamado hasta ahora, unos asuntos me mantuvieron ocupado— se disculpó, con su clásica voz adorable. — Y bien, ¿cómo has estado?

Bien, un día normal…—dijo México con una sonrisa, recostándose a disfrutar de aquélla llamada…


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Y hasta aquí el capítulo "cero"; es una pequeña introducción a lo que trataremos en cada drabble/one-shot de México por lo cual no está justificado que se aburran[¿?]

¡Desde ya, muchas gracias por leernos!

Disclaimer: Los personajes de Hetalia NO son míos, sino que le pertenecen a Hidekaz Himaruya.
El diseño de México le pertenece a Nadiezda de DA.

Toda persona, situación, lugar o experiencia fueron tomados para relatar una historia ficticia. Cualquier parecido con la realidad puede o no ser mera coincidencia.

2 comentarios:

  1. Hola!, ^^ leí tu one-shot en FF, y me agradó! (¡mi orgullo nacional salió a flote! (?)), una duda, los zotes les cambias la o por la e y la e por la a?? XD, lol. En mi estado son muy conocidos! XD
    Apoyo a México, despertarme en vacaciones temprano da mucha flojera.
    Me parece una grandiosa idea ^^, seguiré tu blog, nos vemos!

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  2. [bueno como no se muy bien de esto, lo dejaré aquí:]

    ¡muchas gracias por tu comen! aunque esto apenas va empezando, me alegra que ya tenga una seguidora -te recordare el resto de mi vida[?]-

    y sí, es para darle más sabor al caldo [creo que "zotes" va mejor que "z*tas" XD]

    y sí, como papá nuestro que es nos comprende muy bien la pachorrudez que nos da levantarnos aunque sean las 10 de la madrugada XD

    ¡muchas gracias por tu apoyo, pronto haré más historias!

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